Se sentó en la mesa de su escritorio después de dejar el vaso. La escena que acababa de ver aún estaba fresca en su memoria como la mancha de semen en el pantalón. Unos minutos antes estaba terriblemente aburrido ante la pila de papeles de su escritorio, la pantalla del portátil abierta mostraba una ventana donde una latina de enormes pechos caídos, le mandaba mensajes calientes a través de la frialdad de una webcam. Tenía la polla morcillona fuera de los pantalones, cuando unos ruidos debajo de la ventana llamaron su atención más que los ronroneos fingidos de Gata. Se asomó y vio, en la oscuridad del parque, dos figuras apoyadas contra la pared del edificio magreándose mutuamente. A él no le veía bien, pero la tipa estaba buena, tetas firmes, caderas redondas y un culo adolescente que las manos de él sobaban buscando la humedad de la entrepierna. Necesitaba un lugar mejor donde espiar a la pareja así que, con el pulso latiendo en las sienes y un bulto enorme en la entrepierna, cogió las llaves del piso y llamó al ascensor. Gata quedó masturbándose en la pantalla, mientras él apremiaba al ascensor a que bajara pronto. Completamente excitado salió a la calle, bordeó el edificio por el lado opuesto al que estaba la pareja y tomó posición detrás de unos arbustos muy cerca de ellos. Nunca le había llamado espiar a las parejas follando en los parques, pero aquella noche necesitaba algo de diversión y esos dos se la proporcionarían gratis. De pronto ella desapareció de su visión, agachada frente al chico debía haber comenzado a chupársela. La imagen del primer plano de una mamada en directo casi le hace masturbarse antes de apartar los arbustos y ver cómo se la metía en la boca. "Joder con la zorra, la chupa mejor de lo que me la han chupado a mi jamás" pensó mientras liberaba su sexo de la presión del pantalón. "Nena, hoy vas a dar placer a dos hombres a la vez sin darte cuenta" dijo en voz baja mientras se acariciaba el músculo duro y erecto.
- No pares...por favor no pares.- "Eso nena, no pares ahora. Dios, cómo me estas poniendo ¡Ojalá Susana la chupara como tú! Nunca había visto a nadie mamarla con tantas ganas".- Aparta que me corro... me corro, me corro...- el tipo se corrió con tanta fuerza que las ramas de los arbustos se llenaron con su semen."Que educado el hijo de puta, le dice a ella que se aparte y se corre en mi cara. ¡Hay que joderse! Pero tú nena, eres el ángel del sexo. Me he corrido como hacía años que no lo hacía", pensaba mientras se guardaba la polla y se quitaba el semen de la mejilla. Aún agachado, espero a que la diosa terminara con los cariñosos lengüetazos finales al miembro de su chico.
- Ven preciosa, me vas a matar de placer.
- Eso quiero...- Esa voz la había escuchado antes. No había sido solamente en una ocasión sino cada noche, precediendo a un tierno beso de hasta mañana. Apenas se atrevió a moverse rígido como estaba escondido entre los matorrales. Oyó cómo se incorporaba y el sonido de un pico, después otro y otro más
- Joder nena, te quiero
- Y yo a tí... - "¡Dios, Dios, Dios! Dime que no es ella, dime que no es ella..." pero si era ella. El ángel del sexo, la pervertida diosa que hacía unos momentos le chupaba la polla a un afortunado mortal, se había transformado en Lucía, su pequeña Lucía. Sin poder pensar en nada, con rastros de semen del chico aún en la cara y las últimas gotas del suyo mojando el pantalón, comenzó a gatear en dirección al portal. Al llegar, se puso en pie, abrió con el hombro la pesada puerta de cristal y llamó al ascensor. Mientras bajaba se apoyó en la pared esperando que no se apareciera ningún vecino trasnochador, se metió dentro y pulso el botón del tercer piso. Llegó hasta su casa, abrió la puerta del apartamento y pasillo adelante fue hasta la cocina, se sirvió un ron con hielo en un vaso de culo ancho del juego que le había regalado su suegra. Salió al pasillo, al fondo, justamente al lado de su despacho vio las letras moradas que delimitaban el espacio secreto de su hija, su única hija. L-U-C-Í-A, leyó en voz baja. En ese momento el ruído del ascensor le indicó que era momento de escapar, parado en la puerta de su dormitorio oyó la respiración tranquila de Susana. No quería despertarla, así que sin hacer ruido, echó a correr por el pasillo para refugiarse en el despacho (L-U-C-Í-A, otra vez). En ese momento la puerta del piso se abrió en silencio, aguantando la respiración escuchó los pasos de su hija caminando sobre el parqué hasta llegar a su cuarto. Seguramente había visto la luz del despacho encendida así que ahora, cuando dejará el bolso y se cambiara de ropa, vendría a darle las buenas noches...
Se sentó en la mesa del escritorio después de dejar el vaso. "Cariño, ¿estás ahí?" Gata daba señales de vida en su ausencia "no me digas que te has corrido y no me has dicho nada" "Mierda" contestó a la Gata apagando el ordenador después. La puerta de Lucía volvió a abrirse, los pasos en dirección al baño le darían unos minutos más de respiro. "Disimula, ponte a hacer algo" pensó mientras buscaba entre los papeles un examen sin corregir. "El concepto de `ser´ es indefinible" leyó
- Papá - Lucía llamaba a la puerta - Papá, ¿estás despierto?
- Pasa Lucía - "L-U-C-Í-A" - está abierto.
- ¿Qué haces todavía levantado? ¿Corrigiendo? Lo dejas todo para última hora, luego les dices a tus alumnos...
- Ya se cariño, ya se - "¿Cariño? Joder, acaba de estar chupándosela a un tipo y entra aquí como si nada"
- Me voy a la cama pero tardaré en dormirme. Mamá está durmiendo, si no quieres despertarla puedes dormir conmigo, pero no te quedes ahí ¿vale?
- No, tranquila. Trabajaré un poco más y me iré a la cama - "¿dormir contigo? ¿Con el ángel del sexo?"
- Buenas noches papá - "No, por Dios, no me beses la boca"
- Buenas noches Lucía.
"La conciencia da a entender `algo´, la conciencia abre una puerta de conocimiento al ser", leyó mientras Lucía se metía en su habitación. ¿Qué puerta te abre saber que tu hija te besa la boca después de haberle comido la polla a un tipo? ¿El que eres capaz de meneártela cuando ves una buena mamada? Mierda, mierda, mierda... Soy lo peor, no te importa correrte mientras tu hija se la chupa a su chico, pero sí que te bese la boca para darte las buenas noches como ha hecho desde que tiene cinco años. ¿Qué es lo que te jode? ¿Qué se la chupe a alguien? ¿Qué te bese después o que te hayas masturbado viéndolo? Vale, está bien, no sabías que era ella...Joder, joder, joder... ¿No te la chupa Susana y luego te besa la boca? Pero eso no te importa, no. Entonces qué es, ¿qué es su deber como esposa hacerlo o es que es tu polla la que se mete en la boca? ¡Y tú qué sabrás cuantas pollas se come Susana! No desvaríes, no metas a Susana en esto, ella sólo te la chupa a tí y ya está, no te pongas a dudar ahora de ella...Pero entonces qué es, ¿que tu hija no te la chupa a tí? ¿Eso es lo que no soportas? Porque cuando Susana te lo hace, te encanta. Primero te la chupa y luego te besa o sea que no es el sabor a polla lo que te da asco...Joder, joder, joder... Lucía, mi pequeña Lucía...no me lo puedo quitar de la cabeza..." Roberto bebe otro trago de ron aguado por el hielo deshecho y las paredes del despacho se estrechan cada vez más. Los minutos pasan como gotas de agua que se escurren por el cristal, los ojos quemados por el sueño y la pila de papeles que no baja. Las imágenes de mujeres desnudas follando con desconocidos se suceden en su cabeza con un bombardeo sistemático. De entre todas ellas se repiten aquellas en las que enormes pollas entran y salen de bocas abiertas, caras llenas de semen, pechos operados que saltan al compás de movimientos pélvicos, dos hombres penetran a una mujer al mismo tiempo, dos mujeres se relamen las comisuras disfrutando de un intercambio de semen, bocas abiertas exagerando instantes de placer y, por último, el ángel del sexo dando buena cuenta del pene de su chico...
"Mierda. Dios, que pare esto" - dice Roberto mientras el ron acaricia nuevamente los hielos y comienza a excitarse nuevamente. - "Lucía, ¿cuántas pollas abras chupado ya? ¿Cuántos tipos se habrán corrido en tus labios? No voy a dejar que me beses la boca nunca más. Sus pollas o mis besos, ya está" - nuevamente nota su sexo duro como si fuera de piedra. Baja la cremallera de los pantalones, aparta la tela del calzoncillo comenzando a meneársela frenéticamente. Le escuece la punta del pene por la fricción sin humedad, se escupe la mano como cuando tenía quince años y sólo tres minutos encerrado en el baño. - "Vamos joder, córrete de una vez. ¡Vamos! - Su polla cada vez está más dura, nota su rigidez hasta en los músculos de la pelvis. Los mulos en tensión, los pantalones bajados, el vaso con ron sobre el escritorio. Abre de nuevo el ordenador en busca de la Gata, ésta se ha marchado a otro tejado en el que sacar más dinero. - "¡Mierda!" - Roberto respira tratando de calmarse, de no pensar. Recuerda las clases de relajación, piensa en el sonido del mar, en Lucía cuando era un bebé y aún no le gustaba esconderse tras los arbustos de debajo. Esfuerzos inútiles. La tensión se extiende por las piernas hasta los tobillos, apenas puede flexionar las rodillas, el abdomen se contrae en un espasmo que le corta la respiración. - "¡Un infarto! ¡Me va a dar un infarto con la polla fuera! Susana perdóname, perdóname mi amor..." - Abre la boca para pedir ayuda, pero la vergüenza que le encuentren así o el dolor rígido que se extiende por su pecho, le impiden si quiera susurrar algo. La mano ya no corre por el miembro enrojecido, siente que está soldado a él y no puede separarlo. Está hinchado, tan grueso que desgarraría de placer la vagina de Susana si ahora estuviera dentro de ella. Cada vez más firme, más duro y rígido, siente todo su cuerpo como su pene. Los brazos adheridos a los costados de su pecho, una mano en la polla y la otra agarrada a la primera tratando de separarla. El cuello en tensión se funde lentamente con los hombros, el bombardeo de imágenes en su mente se acelera, la Gata, Susana desnuda masturbándose para él, Ana, el culo de Carolina, los labios de Lucía besando los suyos...Apenas puede respirar y, en breve, su cerebro notará la falta de oxígeno. Pronto acabará todo, todo terminará en una explosión. Los ojos en blanco captan una imagen difusa y extraña, sus piernas se han fundido en un solo volumen, sus manos no se distinguen de la pelvis y esta, poco a poco, pierde su forma. Semen escurriendo por las tetas de Andrea, venas hinchadas por la presión, un enorme falo que crece en dimensiones, la puta que se folló cuando cumplió diez y ocho para celebrarlo. Más duro cada vez, su cabeza roza el techo de tres metros de altura, el vaso se rompe al tocar el suelo. Roberto crece, crece y crece convirtiéndose en un pene de dimensiones inabarcables, en una enorme polla que traspasa los pisos superiores con la cabeza informe circuncidada en que se ha convertido la suya propia. Del orificio único en el que se han convertido sus ojos, escurren lágrimas lechosas de semen que resbalan por las paredes del edificio, formando un lago que inunda todo el vecindario. El Gran Pene Universal, la Polla Cósmica, Roberto Cabezas Falo.